lunes, 24 de julio de 2017

Salida ocho de julio: Preparando la Londres-Edimburgo-Londres 2017

Para preparar la participación en la LEL2017, varios integrantes del Pakefte organizaron el fin de semana del ocho de julio salidas consecutivas con intención de rodar varios días seguidos y entrar en la dinámica de la Súper Brevet.

Os dejamos los comentarios y unas fotos de los compañeros (El album completo) que disfrutaron el sábado de una jornada de paseo ciclista.



Juan escribió:

Fuimos cinco personas: Agustín, Antonio, Jaime, Juan y Sebas.

La ruta comienza en Madrid a las 5:45 y en Velilla recogemos a Sebas, cuando empieza a verse algo.

Era una ruta rompepiernas, con la idea de hacer un buen entrenamiento para la LEL.

Como la propuesta de la ruta era mía y no quería que al final me dijeran que me había pasado con la dureza, estuve desde el inicio muy empeñado en que no hiciéramos gastos innecesarios. De hecho, en cuanto llegó el primer llano de verdad, en el Tajuña, comenzamos con los relevos. Unos relevos simples, de un kilómetro cada uno. Lo que yo llamo relevos de supervivencia, es decir, que no se intentaba ir más rápido con ellos, sino desgastar lo menos posible, que el que no estuviera tirando fuera detrás sin gastar energías, por aquello de que harían falta más adelante. Desde ya pido disculpas si fui un poco exigente al principio con el objeto de que salieran lo mejor posible, pero creo que mereció la pena. Además fuimos muy disciplinados y tras unas primeras breves indicaciones salieron estupendamente, de manera muy natural. Mi enhorabuena a todos. Esto creo que nos da a todos un puntito de confianza para la LEL, pues seremos capaces de ir ahorrando energías para los kilómetros y jornadas posteriores. Si además hacemos algún aliado más allí, tanto mejor. 

La ruta era bonita, con cambios de paisajes, combinando valles, bosques de pinares, embalses, pueblos pintorescos. La mayor parte de las carreteras eran tranquilas.

Por la tarde hubo tormentas. La primera comenzó exactamente en el momento en que llegábamos al bar-restaurante de Durón, así que nos libramos. Visto que iba a estar un rato, aprovechamos para comer, a una hora british.

Sin embargo, cuando llegamos a la A-2, cerca de Las Inviernas, y como su nombre indica, se hizo invierno, con frío y un chubasco fuerte, que nos caló hasta los huesos. 

Parada corta en Mandayona, pues apetecía pedalear para quitarse el frío y parados hacía frío. Yo estaba tiritando.

Al salir de Brihuega el tercer pinchazo de la jornada, que no el último, pues habría otro más. Jaime, que va más retrasado en general, tira hacia delante, para que no tengamos que esperarle. Sin embargo, una vez reparado el pinchazo, no conseguimos cogerle en todo el Tajuña, pese a ir dando relevos y con un poco de entusiasmo, o sea forzando un poquito más. 

En Armuña de Tajuña temo por la llegada a tiempo al tren de La Garena, lo que unido a que el tramo El Pozo-Alcalá no es muy idílico, hago una propuesta de seguir por el Tajuña hasta Madrid, sumando más kilómetros, pero quitándolos del día siguiente. Fructifica la propuesta, pero no llegamos a tiempo de contárselo a Jaime, por lo que él si que llega a La Garena y Sebas tira para su casa, por lo que nos quedamos Antonio, Agus y yo, que paramos a cenar en la piscina de la vía verde de Ambite (se cena bien, apuntad para otras ocasiones). El que la propuesta fructificara es indicativo de que no íbamos tocados en ese momento (kilómetro 250, creo recordar), sino que, pese a la dureza del recorrido, habíamos ahorrado suficiente energía para tener la entereza de aumentar el recorrido en 60 kilómetros más. 

Ya se ha hecho de noche, así que seguimos desde Ambite, ya totalmente aficionados a los relevos, hasta Madrid, a donde llegamos a las 2,30 de la madrugada, tras pasar por las fiestas de Usera, con un total, en mi caso, de 363 kilómetros, a 23 de media. 

Al día siguiente cada uno sale por su lado, excepto Agus y yo que hacemos una ruta por el sur de 130 kilómetros.



Sebas comenta sobre la temperatura del día:

Solo añadir los cambios de temperatura que hubo durante el día variando desde los 15° al salir 25° cuando llegamos a Durón. 20º cuando salimos después de comer y los 11º grados cruzando la A2 en que todos acabamos calados hasta los huesos. La media del día 18º.

Y Juan apostilla:

Unas temperaturas inusuales para esa época del año. 

No se me olvidará que en un 8 de julio yo estaba diciéndole a alguien al llegar a un bar: "vamos dentro que se está más calentito"

Puede que nos encontremos algo así en la LEL.



Antonio, por su parte, nos dice:

Cosas que resalto de este fin de semana, en el que sólo pude participar el sábado:

Relevos casi perfectos. Muy buena sincronía entre los 5 para darnos el relevo en el momento adecuado, sin que supusiera un esfuerzo para el relevador, ya que el relevado es el que deja de dar pedales, como todos sabemos y no siempre practicábamos. Además, al menos personalmente, no me supuso ningún estrés estar atento a cuándo me tocaba, a ver si el de delante lo hacía bien o tenía que pegar la pedalada para adelantarle, o si yo voy de segundo el que releva sale disparado... Salvo en excepciones muy contadas, que fueron señaladas por el resto del grupo como mal realizadas, lo hicimos muy bien. De notable para arriba.

Buena velocidad media a pesar del desnivel acumulado, que fue alto, casi tan alto como en el famoso 300 del Chamartín que tan machacados nos dejó y al que tanto temíamos. Hicimos más de 3700 metros y en el de chamartín fueron 3800 y pico. El recorrido fue muy sinuoso, con constantes subidas no muy largas, algunas zonas llanas sobre todo al final, en el valle del tajuña.

Buen ambiente entre los 5, que hizo que todo fuera mas agradable.

Paradas: sobre este tema no tengo una buena sensación ni tampoco una mala. Estoy a medias. Quizir, que hicimos paradas largas, que se aprovecharon. En Pastrana, con pinchazo de por medio, se aprovechó para desayunar mientras reparaban el pinchazo. En Durón, aunque se puso a llover al poco de llegar, se alargó demasiado la parada. Es verdad que se aprovechó para comer pero estuvimos más de una hora allí parados. En Mandayona venía bien parar porque estábamos mojados y teníamos frío, pero para mi gusto, volvió a ser demasiado tiempo. En Brihuega aproveché la parada para cambiar mi primer pinchazo, mientras que los demás merendasteis. Yo lo hice en ruta. Pero volví a pinchar: no era por mala suerte, sino por tener las cubiertas demasiado gastadas: mea culpa, debía haberlas llevado mejor. Ahí volvimos a perder tiempo, el suficiente como para no coger a Jaime a pesar de haber ido dando relevos muy buenos, a una velocidad que casi no bajaba de 30 (Jaime, cómo ibas....). Parada para coger agua en Armuña (tradicional lugar del pakefte) y nuevo pinchazo, que hubo que reparar en el momento. Otra parada en Aranzueque para despedir a Sebas y decidir qué hacer con Jaime. Parada para cenar en Ambite. Ésta creo que estuvo mejor: fueron rápidos en el bar y aprovechamos muy bien el tiempo, estirando, abrigándonos, etc. Y luego varias microparadas a lo largo de la noche, para estirar y pises. Las microparadas tienen lo positivo de que no son largas, pero lo negativo que suman tiempo si son varias. Ni que decir tiene que todas las paradas, todas, me vinieron bien, porque significan descanso en el momento, pero que en la LEL serán reducidas del sueño. Así que creo que deberíamos ser mas cuidadosos con ese tema. Y me pongo el primero, que siempre ha sido mi talón de aquiles. 

También he de decir que la ruta me encantó, las zonas que ya conocía y que he vuelto a ver años después, y las que desconocía. Y algunas otras que hice en sentido contrario al habitual.

Lo mas gracioso: surcar el arcén de la A2 con el diluvio universal y los coches animándonos o insultándonos, o las dos cosas a la vez.



Y Jaime también tiene qué decir:

El sábado. La ruta impresionante, me encantó. Es cierto que era dura, a mi el Strava me dice 3425 en 302 km, pero supongo que nos encontraremos etapas así en la LEL, así que hay que ir preparados.

Coincido en que los relevos salieron bien, y además con poco esfuerzo de concentración (que a mi me cuesta). Era muy fácil pasar cuando te tocaba, porque el primero dejaba de dar pedales, así que no tenías que forzar.

Las paradas, largas, largas. Tendremos que mejorar eso.

En cuanto a mi, está claro que voy un punto por debajo del resto de los que fuimos el sábado, aunque fui de menos a más (tal vez por seguir el consejo de Juan de ir todo el día reservando), y me encontré muy bien en los últimos 100 km. Tanto es así, que llegué a la estación de tren de la Garana a las 22:30, que era la hora que me había marcado como mejor tiempo posible desde que salimos de Brihuega, y eso haciendo más de 70 km en solitario.

Y no me queda más que agradecer a mis compañeros de ruta, las esperas arriba de cada cuesta, las ruedas que seguir, los consejos, el volver a buscarme cuando se me salió la cadena, ... 

El domingo. Cometí un error de novato (que al final es lo que soy) y el sábado cené poco, porque llegue a casa muy tarde, a la 1:15, y el domingo desayuné sólo una vez para no salir tarde, cuando normalmente los días que salgo en bici desayuno doble. Así que salí el domingo y con las primeras pedaladas ya noté que tenía hambre, y esa sensación y la de estar sin fuerzas me acompañarían toda la ruta. Conseguí hacer 94 km pasándolo realmente mal.

El lunes. El lunes desayuné bien, y me había pasado toda la tarde-noche del domingo comiendo, así que noté que había recuperado fuerzas, aunque en las subidas no podía forzar mucho, pero hice los 57 km hasta el trabajo bastante bien.

En resumen, creo que buena preparación para la LEL, tanto para mi como para el grupo.



Y Juan concluye:

Visto que hemos vivido en directo la importancia de LOS RELEVOS en una ruta larga el pasado día 8 de julio de 2017, me he permitido escribir el siguiente decálogo con las sensaciones y comentarios recogidos: 

  1. El que va primero y va a dejarse caer atrás, tiene que ponérselo fácil al que va a ponerse delante. Ya sea dejando de pedalear totalmente o reduciendo notablemente la intensidad de la pedalada. De lo contrario el que va a pasar se ve obligado a apretar para ponerse primero, dejándose llevar por la inercia y corriendo el riesgo de aumentar mucho la intensidad del relevo.
  2. El que va segundo y va a pasar a la primera posición tiene que pasar manteniendo la misma velocidad o intensidad (lo primero si el perfil es el mismo al pasar, lo segundo si el perfil cambia ligeramente, por ejemplo bajando algo).
  3. El que va primero tiene que pedalear siempre (no debe dejar de pedalear), excepto en cuestas abajo muy pronunciadas, donde conviene que se ponga alguien que pese más o que baje mejor y trace bien. Si el primero deja de pedalear en una situación normal (que no sea un descenso pronunciado) los demás (por cuestiones meramente físicas) se le echan encima. Si te toca delante en una ligera cuesta abajo, tienes que meterle un poco más de intensidad (sin pasarse), para que los de atrás puedan ir detrás sin pedalear o simplemente acompañando la pedalada, pero sin frenar. En esto el CC Loudeac era la excelencia. 
  4. No pasa nada por decirle a alguien como puede mejorar, siempre que se le diga con educación y tacto. Eso redunda en beneficio de él y del grupo.
  5. No pasa nada porque unos den unos relevos algo más exigentes (siempre sin pasarse) y otros más suaves. Cada uno da lo que puede o cree que debe.
  6. Los que están atrás agradecen al que da relevos más lentos porque la recuperación es mayor y al que da relevos más rápidos, porque se avanza bastante más sin forzar mucho al ir a rueda. Todo es bueno. Lo importante es sentirse entero mientras pasan los kilómetros e ir guardando energías para todo lo que espera, pero viendo como se avanza a una velocidad razonable sin gran esfuerzo.
  7. Alguna vez alguien se puede despistar quedándose atrás, a unos metros del grupo, sea porque está cansado o porque le ha pillado despistado en un repecho o mientras miraba el GPS, o lo que sea. Es conveniente tomar consciencia de que conviene pegar un pequeño tirón para reintegrarse de nuevo, porque seguir al grupo a unos metros es ineficaz y al final gastará mucha más energía. Perdonadme si el sábado fui pesado con esto, hasta el punto de que alguien (no sé si fue Sebas o Jaime) me dijo aquello de "Señor, si señor", jajajaja. Es que os veía ahí, a quince metros del grupo durante mucho tiempo y me daba pena que os estuvierais comiendo todo el aire, que además en ese momento era en contra.
  8. Si alguien no se siente con fuerza, debe decirlo y no pasa nada porque se quede atrás sin pasar relevo. Ya se sentirá mejor y pasará cuando él pueda. Confiamos en la buena fe de la gente, en que todo el mundo quiere echar una mano y si no lo hace es porque sencillamente no puede. 
  9. Si coincidimos con más gente (de fuera del Pakefte), puede ser complejo, porque pueden cometer alguno de los errores aquí comentados, como tirar demasiado fuerte. Los japoneses en la PBP recuerdo que eran malísimos para los relevos, sólo sabían pasar fuerte, en plan kamikaze!!!
  10. Siempre hace aire. Con esto en mente se entiende que no hay que hacer relevos sólo cuando hay aire en contra, sino que hay muchos momentos para ello.

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